A mí personalmente sí. Y también me gustan las líneas rectas. Pero hoy os hablaré de curvas.

LA CURVA DEL ESTRÉS:

La primera curva de la que os quiero hablar es de la curva del estrés. La Ley de Yerkes-Dodson (1908) formulada por los psicólogos del mismo nombre, establece que el rendimiento y la excitación están directamente relacionados. 

Observar el gráfico 1 con forma de U invertida o campana de Gauss:

• En la parte ascendente existe un estrés demasiado bajo donde las personas no están motivadas. 
• En la parte central existe un estrés óptimo, eustrés o estrés positivo, que hace que aumente el rendimiento hasta que llega a un punto máximo, llamado peak a partir del cual el rendimiento empieza a disminuir.
• En la parte derecha por la existencia de un estrés demasiado alto y prolongado en el tiempo, distrés o estrés negativo, las personas pueden incluso sufrir Burn Out, el llamado Síndrome del trabajador quemado, ya declarado como enfermedad por la OMS. El cuerpo llega a un colapso, bajan los niveles de endorfina, oxitocina, serotonina (hormonas llamadas de la felicidad), la melatonina (hormona del sueño), y sin embargo aumenta el cortisol (hormona del estrés) hasta niveles críticos. En este punto no me extenderé más, podéis ver mis recomendaciones en otro artículo de mi blog: ¿El estrés es relativo?: 6 técnicas para reducir el estrés. 

LAS CURVAS DE LOS CICLOS ECONÓMICOS:

Los seres humanos estamos inmersos en esta curva del estrés, como si estuviéramos dentro de un bosque donde no tenemos casi perspectiva, a veces arriba, o a veces abajo, pero la buena noticia es que como especie seguimos evolucionando y la tendencia es al alza. Exactamente igual que con los ciclos económicos, cuando salimos del bosque y lo miramos desde fuera podemos tener otra visión, la del estratega, la del largo plazo, la seguridad de que el estrés en exceso es una situación que podemos transformar. Mirad el gráfico 2, es una sucesión de curvas del estrés con tendencia ascendente.

LAS CURVAS DE LAS CARRETERAS Y DEL MAR:

Y hablando de bosques. Fijaros ahora en la foto que encabeza este artículo. Habréis oído la expresión: “¡cuidado que vienen curvas!, ¿y qué?”. Recientemente una conocida marca de automóviles hizo una excelente campaña publicitaria en unas pistas de esquí con este dicho como slogan. 

Yo personalmente disfruto conduciendo pero soy consciente de que no a todo el mundo le gusta, hay personas a las que les genera estrés por diferentes razones. Algunos de mis clientes han venido a consulta con problemas en la conducción, incluso con amaxofobia, miedo a conducir. Lo primero que les pregunto es: ¿cómo te mueves en tu vida?. Si tomamos como referencia la Teoría de los Arquetipos de Carl Jung, para el inconsciente tu coche  eres tú y tu conducción es cómo te mueves en la vida, cuáles son tus creencias, qué te limita para poder disfrutar en tu viaje. Os aseguro que es fascinante la información que podemos obtener sólo con nuestro coche y nuestra forma de llevarlo.

Pues bien, para conducir por una carretera con curvas podemos tener en cuenta diferentes aspectos, combustible suficiente , llantas adecuadas y también el tipo de curvas. Existen diferentes tipos, abiertas, cerradas, de ángulo recto y de doble radio, pero en todas ellas nos afectarán dos tipos de fuerzas. Ahora me resulta muy interesante la Física Cuántica, pero según las leyes de Newton la fuerza centrípeta actúa sobre un cuerpo en movimiento y sobre el centro (hacia dentro) de la trayectoria curvilínea, hacia dentro en una fuerza más en femenino. La fuerza centrífuga, por el contario, significa que “huye del centro” que se dirige hacia fuera, por tanto una fuerza más en masculino, más adelante aclararé estos conceptos. Ambas se complementan y no pueden existir la una sin la otra.

Los expertos recomiendan no acelerar mucho durante la curva porque esto aumentaría el peso en la parte posterior del vehículo y podría hacer perder el control. Por el contrario nos dicen que cuando la identifiquemos empecemos a frenar. Exactamente igual que en la curva del estrés, frena y respira, con la inercia que llevas de hacer y hacer y hacer te has olvidado de fijarte, ¡por Dios! ¡ten cuidado que vienen curvas!, te diría tu copiloto. Si eres consciente y estás dispuesto a observarte como si tú fueras tu coche podrás detectar con tiempo suficiente que estás sobrepasado y podrás prevenir el Burn Out. Recuerda tener cuidado con los movimientos bruscos.

Quizás no te guste conducir pero sí navegar. A vela el símil es parecido, no se navega en línea recta, suponiendo que hay viento sería prácticamente imposible llegar a la marina si no aprovechamos su fuerza, ir contra él sería una gran desafío. Imaginaros a los navegantes oceánicos de la Barcelona World Race en latitudes como las del cabo de Hornos donde se generan vientos de 50 nudos y olas de 12 metros. En este caso y escribiendo estas líneas recuerdo otras curvas, las de las olas del mar, son formas más femeninas que las líneas rectas de los edificios de Nueva York, y también predominan las formas curvas en un río. Entonces, ¿qué lugar de vacaciones elegirías si quieres equilibrar la presión en el trabajo? Piénsalo por un minuto y si quieres pregúntale a tu pareja, hijo, familiar, amigo, compañero de trabajo a dónde iría él o ella. En el siguiente punto analizarás tu respuesta.

LAS CURVAS FEMENINAS:

Sí las curvas femeninas, probablemente más de uno sólo con leer el título del artículo habréis pensado en las curvas de una mujer, y sí confieso que a mí también me gustan. Incluso las curvas me parecen muy eficaces en el mundo empresarial y os voy a explicar porqué. 

Mercè Brey y Victoria Yasinetskaya en su libro Alfas y Omegas, el poder de lo femenino en las organizaciones, explican la herramienta que han creado. Un barómetro que mide el nivel de lo masculino y lo femenino en los individuos. Así podemos ver el grado de alfa (personas en las que predomina su lado masculino), grado de omega (personas en las que predomina su lado femenino) o de MOMA (personas que eligen actuar en equilibrio, en Moderado Omega , Moderado Alfa, según la situación). Frases como “la intuición es una habilidad que sirve para tomar decisiones más rápidas y más precisas basadas en información que no siempre puede verbalizarse”, me cautivan, como la alusión del título a los lobos alfa y omega.

Ciertamente a lo largo de mi carrera profesional y en mi vida personal he visto como estas referencias alfas-omegas y fuerzas centrípeta-centrífuga coexisten y nos afectan a como las personas llevamos el estrés. La presión que nos empuja hacia la acción (el eustrés), la dirección marcada por objetivos claros tiene que ver con lo masculino, independientemente de si somos hombres o mujeres. De igual forma la intuición, el estar hacia dentro, el conocido concepto de fluir, tienen que ver con lo femenino, tanto para hombres como para mujeres.

A mis clientes les acompaño teniendo en cuenta su biología, para que tomen consciencia de la polaridad que “llevan de serie”, son los atributos iniciales con los que compramos nuestro coche. Las personas podemos ser zurdas o diestras, quizás te sorprenda saber que el 40% de la población es zurda biológicamente hablando. Y no es al azar, es por supervivencia. Siendo diestro funcionalmente, ¿te has sorprendido alguna vez chutando una pelota con la pierna izquierda? ¿O siendo hábil con tu mano izquierda?. Si es así es probable que seas biológicamente  zurdo, antes es importante hacer un test y verificarlo. Pero ahora imagínate que estás en la Prehistoria, que eres mujer, que todos los hombres de la tribu se han ido a cazar el mamut y de repente os atacan unos depredadores. Tu primera reacción es dejar a tu bebé al cargo de otra mujer y coger el machete para defender a la tribu de las fieras, quizás eres zurda. Por el contrario si eres hombre, os habéis ido a cazar el mamut pero te sientes más cómodo cuidando las heridas de tus compañeros o preparando la comida, en definitiva cuidándolos, quizás eres zurdo. En las organizaciones sucede lo mismo, elegimos nuestra profesión de forma inconsciente y nos sentimos más cómodos realizando determinadas funciones. Gracias a esta polarización que algunos seres humanos llevamos de serie nuestra especie ha sobrevivido. A esta curva yo le llamo la curva de la vida, el círculo de la vida y en mi cabeza empiezo a escuchar la canción compuesta por Elton John Circle of Life para la película el Rey León.

Pero ahora vivimos en el siglo XXI y podemos elegir como movernos por nuestro mundo, como conducir nuestro coche, podemos incorporarle nuevos atributos, tunearlo. De hecho podemos elegir las dos polaridades, movernos en femenino o en masculino según lo creamos más conveniente. Cuando presionamos demasiado a nuestro cuerpo (distrés) perdemos el equilibrio, la homeostasis, nos salimos de la carretera o del camino si vamos andando. Entonces nos pueden aparecer síntomas físicos, cambios en nuestro comportamiento o en nuestro entorno y gritamos a los cuatro vientos ¡Necesito unas vacaciones!.

Ahora, después de leer este texto y de hacer este análisis es cuando te vuelvo a hacer la pregunta, ¿qué lugar elegirías para ir de vacaciones?. Yo elegiría los dos destinos o la respuesta “todas las anteriores” dependiendo de la situación, además me encanta viajar.

Si tienes dudas sobre este tema estaré encantada de atenderte, puedes ponerte en contacto conmigo vía e-mail mmartinez@mmrelate.com

Decirte también que he creado un programa para directivos, empresarios y sus equipos “entrena tu calma, supera el estrés” donde podemos tratarlo con más detalle. Algunos de los beneficios son la reducción de síntomas físicos, personas más ágiles que contribuyen a que su entorno también sea más saludable, mejora de la creatividad y aumento de la productividad, entre otros.

Muchas gracias y disfruta que vienen curvas.

Margarita