¿El Estrés es Relativo?: 6 Técnicas para reducir el Estrés

| Margarita Martínez | | 2 Comentarios

El Dr. Hans Seyle, define el estrés como un “síndrome (conjunto de síntomas) general de adaptación”. Es el esfuerzo que realiza el organismo para adaptarse a la presión generada por unos estímulos o estresores con el objetivo de recuperar el equilibrio u homeostasis. Estos estresores pueden ser de tres tipos:

  1. Mentales: la forma que tenemos de percibir el mundo. Están relacionados con cómo pensamos.
  2. Físicos: accidentes, lesiones estructurales. Relacionados con cómo nos comportamos.
  3. Emocionales: es por un shock personal, familiar o laboral. Relacionados con cómo nos sentimos, con nuestras emociones.

Tenemos entre 60 y 70 mil pensamientos por día, el 90% de los cuales son iguales a los del día anterior y los mismos pensamientos conducen a las mismas opciones, estas nos llevan a los mismos comportamientos, estos crean las mismas experiencias, que a su vez generan las mismas emociones y estas emociones dirigen de nuevo nuestros pensamientos, manteniendo exactamente igual nuestra biología y circuitos neuronales. Hay un principio en neurociencia que establece que las células nerviosas que se disparan juntas permanecen juntas. Según el Dr. Joe Dispenza estos pensamientos, esta forma de comportarnos y esta forma de sentir se mantiene unida formando lo que llamamos personalidad, y esta personalidad  es la que crea tu realidad personal, la forma que tienes de percibir el mundo, tu vida.

Identificamos fácilmente en nuestro día a día tres dimensiones espaciales: alto, ancho y largo. Pero Einstein añadió una cuarta, el tiempo. Cuando formuló que el tiempo es relativo me parece muy clarificadora una de sus famosas frases: “Cuando un hombre se sienta con una chica bonita durante una hora, le parece un minuto. Cuando se sienta durante un minuto en una estufa ardiendo, le parece una hora. Esto es la relatividad”.

Está claro que para cada persona la resistencia ante el estrés es diferente, pero al igual que en las calderas de nuestros hogares  hay un presostato que sirve para cerrar o abrir el circuito eléctrico en función de la presión que ejerce el agua, nosotros también tenemos un “interruptor de presión interno”. Me gusta preguntarles a mis clientes: ¿puedes valorarme entre el 1 y el 10 el nivel de estrés que percibes ante esta situación de la que me hablas?. Este es el punto de partida, ser conscientes de hasta qué grado sentimos que nuestro presostato interno ha dejado de funcionar por un exceso de presión. Si este es tu caso las sencillas técnicas que te presento te pueden ayudar, una posible solución está en nuestro cerebro:

  1. Respira y bebe agua: ya lo sé parece obvio, pero no nos olvidemos de que el 90% de nuestro cerebro es agua y necesitamos el oxígeno para aportar energía a nuestras células. Además el cerebro humano pesa como máximo 2Kg pero consume el 20% de  nuestra energía en estados normales y en estrés aumenta el consumo considerablemente. Existen multitud de técnicas y ejercicios para una respiración eficaz, si crees que ahora no es el momento para hacerte un experto en la materia, háztelo fácil empieza con 10 respiraciones profundas por lo menos 3 veces al día, sobretodo antes de ir a dormir.
  2. Cuida tu alimentación y descanso: existen los llamados superalimentos del cerebro tales como las nueces, el salmón, el aguacate, los arándanos y también medicamentos que nos nutren y aportan energía como las vitaminas, el ginkgo, o el ginseng, si no los has incluido aún en tu dieta puedes empezar con algunos de ellos teniendo en cuenta las recomendaciones de un profesional. El descanso es fundamental para restaurar la energía del cuerpo pero para planificar un buen descanso ten en cuenta los ciclos de vigilia-sueño, los ciclos mensuales (en las mujeres las hormonas tienen un impacto importante) e incluso los anuales.
  3. Muévete: haz ejercicio físico a diario, así activarás la producción de dopamina. Un cuerpo en movimiento produce un cerebro en movimiento. Si crees que  no tienes tiempo para ello por lo menos realiza los llamados brain breaks, cada 30 min haz algún tipo de movimiento, de brazos, cuello, levántate de la silla o camina, de esta forma podrás ir reduciendo la presión que se ha generado a tu alrededor a lo largo del día. Cuando me refiero a hacer ejercicio también incluyo la sexualidad, ten en cuenta que es una necesidad biológica y a veces no se tiene en cuenta sus beneficios tales como la liberación de endorfinas.
  4. Procura estar presente y disfruta: Los momentos pasados ya se han acabado, mientras que los momentos futuros están por llegar. Pero la mente humana es única no distingue entre la realidad y la imaginación, puede activar el mecanismo de estrés sólo con el pensamiento, preocupándose por problemas del pasado o del futuro, sin embargo un animal como la gacela unos minutos después de ponerse a salvo deja de activar el estrés.  Técnicas como la visualización, la meditación, o el mindfullness te ayudan a entrenar al cerebro para mantenerte más presente. ¿Sabías que mientras meditamos podemos conseguir estados de relajación más elevados?, se ha demostrado que se registran ondas alfas las mismas que detectamos momentos antes de dormirnos, conseguimos llevar a nuestro cuerpo a un estado de homeostasis sea cual sea nuestro entorno, nuestro sistema trabaja en armonía usando mínimas cantidades de energía y se genera la llamada coherencia cardíaca entre el corazón y el cerebro. Por tanto disfruta de los pequeños detalles ahora, personalmente soy una amante del concepto Carpe Diem, también podemos estar presentes y conseguir un estado meditativo con los ojos abiertos, tranquilo no necesitas ser un experto de la meditación.
  5. Observa y aprende: mi hijo hace unos años me hizo reír un día cuando dijo: “no me lo han enseñado en el cole yo lo he aprendido” porque recordé que cuando yo le preguntaba a mi padre cómo tenía que hacer las cosas él me contestaba: “observa y aprende…”. Yo me enfadaba y no entendía porqué no me quería ayudar. Él ya me lo enseñó pero yo no lo aprendí hasta pasados unos años. Así es que ahora os recuerdo lo mismo, porque estoy segura de que muchos ya lo sabéis y simplemente se os ha olvidado. Te propongo observar a gente que esté a tu alrededor o gente que sea un referente para ti porque te gusta el tipo de vida calmada que llevan. Focalízate en estas personas y desaprende tus limitaciones o comportamientos del pasado. También es importante tener en cuenta el punto de vista científico, el de la neuronas espejo, al observar lo que sucede a nuestro alrededor está demostrado que se activa neurológicamente la misma parte del cerebro como si lo estuviésemos haciendo. Somos seres sociales, se han realizado muchos estudios y existen teorías que demuestran que lo psicosocial, las construcciones sociales, tienen un efecto y un gran impacto en nuestro desarrollo.
  6. Planifica y practica: genera en tu agenda un espacio para incluir nuevas rutinas de este tipo, defínelas de forma realista y ponlas en práctica, como dicen los americanos “Fake it until you make it”. De nada nos sirven las técnicas si no las ponemos en acción, el conocimiento junto con la experiencia nos da sabiduría. La frase que me decía mi padre tenía una segunda parte: “… después hazlo como Frank Sinatra, a tu manera”. Recuerda que no existen formas buenas o malas, pero si lo haces a tu manera, esta será la forma más saludable para ti. La buena noticia es que la plasticidad neuronal, nos permite que podamos moldear nuestros rasgos sin que perdamos nuestra identidad como individuos.

Muchos directivos no se dan cuenta de que están viviendo en continuo estrés, como seres vivos podemos tolerar el estrés a corto plazo pero a largo plazo o nos relajamos y a recuperamos energía o es probable que el organismo empiece a dar señales de alarma. Las estadísticas nos indican que 2 de cada 3 personas sufren estrés y el 20% de los trabajadores sufren el “Síndrome del trabajador quemado” o “Burn Out”, de hecho la OMS ya lo ha declarado como enfermedad laboral. Los medios han declarado la situación laboral actual de estrés como “La Plaga del s. XXI”, la consecuencia para las empresas es también evidente, una reducción del 30% en la productividad de los trabajadores ya que estos son un 55% menos creativos.

Concluyo afirmando que sí, que el estrés es relativo, depende de la interpretación que cada individuo hace de la realidad, pero si aun así sigues teniendo dudas sobre este tema estaré encantada de atenderte, puedes ponerte en contacto conmigo vía e-mail mmartinez@mmrelate.com o vía teléfono +34 699 06 80 26.

Decirte también que he creado un programa para directivos y sus equipos “entrena tu calma, supera el estrés” donde podemos tratarlo con más detalle.

Muchas gracias y disfruta.

Margarita

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